El restaurante más antiguo
El año 1860 asumió la presidencia Santiago Derqui y juraron como gobernadores Justo José de Urquiza en Entre Ríos y Bartolomé Mitre en Buenos Aires. La incorporación de esta provincia al territorio de la República permitió que por fin se lograra la unión nacional, perseguida desde cincuenta años atrás.
En el tiempo en el cual Derqui, Mitre y Urquiza captaban la atención política, el inmigrante gallego Manuel García instaló en la calle Victoria 133 (hoy Hipólito Yrigoyen y Piedras) una Fonda y Botillería en donde se consumía, entre otras cosas, café con achicoria (era el café que se tomaba antes de que se creara el torrado), vinos y horchata (refresco de aquellos tiempos), además de la tradicional cocina española.
Otra novedad fueron los baños. En las pulperías, “eran al aire libre”. Por eso, el aporte de García fue bienvenido. Un baño interior y -sobre todo- limpio, era un excelente argumento para captar clientes.
Mientras la fonda se desarrollaba, la ciudad también lo hacía. Los vaivenes edilicios y viales llevaron a los hijos de García a mudar El Impacial en dos oportunidades: primero a las actuales Hipólito Yrigoyen y Bernardo de Irigoyen, y por fin en 1933, a su ubicación actual en Salta e Yrigoyen.
Aquí puede escucharse un fragmento del tango “El Imparcial” que le dedicaron al restaurante:
Con 150 años de vida y millones de platos servidos, El Imparcial es el decano de los restó porteños.
Los fans se agrupan en la página de Facebook de El Imparcial, donde además encontrarán información extra.
En el tiempo en el cual Derqui, Mitre y Urquiza captaban la atención política, el inmigrante gallego Manuel García instaló en la calle Victoria 133 (hoy Hipólito Yrigoyen y Piedras) una Fonda y Botillería en donde se consumía, entre otras cosas, café con achicoria (era el café que se tomaba antes de que se creara el torrado), vinos y horchata (refresco de aquellos tiempos), además de la tradicional cocina española.
Fachada del local original en Victoria 133.
La Fonda de García pasó a llamarse El Imparcial y contó con novedades que le dieron un toque precursor. Por ejemplo, su dueño colocó un vistoso letrero en la Estación Central del Ferrocarril (estaba en la vereda impar de la actual avenida Alem, entre Mitre y Perón) anunciaba: “Gallina hervida, puchero de garbanzos, vino carlón, yerba y cigarrillos”.Otra novedad fueron los baños. En las pulperías, “eran al aire libre”. Por eso, el aporte de García fue bienvenido. Un baño interior y -sobre todo- limpio, era un excelente argumento para captar clientes.
Mientras la fonda se desarrollaba, la ciudad también lo hacía. Los vaivenes edilicios y viales llevaron a los hijos de García a mudar El Impacial en dos oportunidades: primero a las actuales Hipólito Yrigoyen y Bernardo de Irigoyen, y por fin en 1933, a su ubicación actual en Salta e Yrigoyen.
El derrumbe de un hotel en 1965 dañó parte del restaurante. Fue reciclado.
Serrat, guía de turismo de lujo, nos da más letra:Aquí puede escucharse un fragmento del tango “El Imparcial” que le dedicaron al restaurante:
Los fans se agrupan en la página de Facebook de El Imparcial, donde además encontrarán información extra.
Audio e imágenes: Gentileza El Imparcial y Tresymedia.
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