jueves, 10 de mayo de 2012



LA RECOVA, EL PRIMER CENTRO COMERCIAL DE BUENOS AIRES


Fue la primera galería comercial de Buenos Aires.
"Fue construida en 1803 en nueve meses, duró 81 años y fue demolida en 1883 en 48 horas", por orden del intendente Torcuato de Alvear, que quería despejar la plaza.

En 1803 se concretan los proyectos para embellecer la Plaza de mayo. Allí se construye la Recova que dividía la plaza en dos, una magnífica construcción estilo barroco y renacentista que atravesaba la plaza a la altura de la calle Defensa. El edificio estaba compuesto por dos arcadas que se coronaban a través de un doble arco central llamado Arco de los Virreyes. Se componía de dos cuerpos de edificios iguales unidas que consistía en dos tiras de 40 locales. Los locales tenían su frente hacia ambos lados de la Recova, apuntando 20 al Cabildo y 20 al Fuerte. Quedaba así dividida la plaza. Esta construcción tenía 11 arcos en cada ala y techo con azotea. A su gran arco central se trasladó la horca, colgándose a los ajusticiados por espacio de varias horas.

La mandó a construir el Virrey Joaquín del Pino bajo la dirección del maestro mayor Juan Bautista Seguismundo. La Recova fue la primera galería comercial de Buenos Aires, y estaba ocupada por diversos comerciantes que pagaban entre 14 y 20 pesos mensuales de alquiler al Cabildo. Había vendedores alineados en la doble fila, ofreciendo de todo para la gente de clase baja, desde ropa, objetos de bazar, monturas, velas. El destino de la construcción era traficar con aves domesticas y esa actividad derivaría su nombre ya que se nominaba La Recova a todo paraje que se vendían gallinas y aves domesticas.


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1829
 Se cuenta que, en ese tiempo, la Recova era propiedad de Clara Zuñiga de Anchorena quien se negaba a destruirla. El intendente Marcelo Alvear envió una brigada de obreros que en un par de días completaron la demolición. La señora de Anchorena esposa de Nicolás Anchorena demandó a la Municipalidad y la Justicia le dio la razón, debiendo indemnizar a la propietaria quien, a la fecha del fallo, ya había muerto.

 Ir de shopping llevaba muy poco tiempo. Bastaba atravesar la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) y recorrer la Recova donde estaban los puestos de los "bandoleros", como se llamaba entonces a los merceros frente a una doble fila de negocios de ropa y novedades.



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