GRANDES TIENDAS DE AYER
Cuando comenzó el siglo las grandes tiendas invadieron el mercado local. Aquellas surgieron en la época de Napoleón III. Las tiendas porteñas tenían mercadería importada de Londres y Paris. La pionera fue la tienda Gath & Chaves. La grandes tiendas son un recuerdo del pasado que se han ido reemplazando por shoppings. Todas enviaban catálogos y otorgaban créditos. Otra tienda importante fue Harrods. Pocas ciudades latinoamericanas reunían tantas condiciones para convertirse en la “París de Sudamérica” como Buenos Aires: tras superar el impacto del crac de 1890, y al afianzarse la exportación de materias primas, la sociedad contaba con efectivo y quería gastarlo. Y si podía ser en porcelana de Limoges, hilados ingleses y cosméticos franceses, tanto mejor.
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Gath & Chaves
En el encuentro de las calles Florida y Perón se encuentran todavía los dos edificios que pertenecieran a la casa central de la recordada tienda “Gath & Chaves Ltd.” Empezó como un comercio de ropa para caballeros importada de Londres, en San Martín 569. Abierta en 1883 por el inglés Alfred Gath y el santiagueño Lorenzo Chaves. La tienda eran dos magníficos edificios de varios pisos muy lujosos donde brillaban las maderas, los bronces y cristales. Las vendedoras atendían uniformadas de negro con cuellos blancos. Fue una tienda que instalo varias sucursales en el interior del pais.
En 1922 Gath & Chaves se fusionó con la empresa inglesa propietaria de la cadena “Harrod´s”, que abrió su tienda en Florida entre Córdoba y Paraguay, aunque manteniendo su nombre. Al tiempo la casa matriz pasó a Bartolomé Mitre y Florida mientras que el Florida y Cuyo (Sarmiento actual) estaba el “Palacio de los Niños”.
Vemos el edificio en construccion
Vemos el edificio en Avenida de Mayo esquina Perú ca. año 1890. antes de la reforma efectuada en 1910 como anexo de la tienda Gath y Chaves.
Este edificio fue uno de los primeros de la Avenida de Mayo, y fue terminado hacia 1890. Lo proyectó el arquitecto Edwin Merry para la familia Ortiz Basualdo, y en sus comienzos alojó a la Sastrería Schwartz. Pero en 1910 fue adquirido por la Tienda Gath y Chaves, que encargó al arquitecto Salvador Mirate una reforma completa y ampliación hacia la calle Rivadavia, con uso de materiales como el hierro y el vidrio en la fachada, característicos del art nouveau, y una gran cúpula. En 1954 se instaló en la planta baja la clásica confitería London City, que permanece allí desde entonces.
El frente estaba revestido con mármol de Carrara y, en el interior, cada uno de los ocho pisos daba a un gran hall, gobernado por una araña. En los inicios del siglo XX, Buenos Aires se deleitaba ante la gloria de llevar los mismos diseños que paseaban los parisinos, tomar el mismo té que Inglaterra entera tomaba y señores como Twinnings exportaban desde las colonias de las Indias, compartir lozas de sanitarios y nociones arquitectónicas con las grandes potencias. Y todo eso podía conseguirse en una sola visita a los grandes almacenes, con paseo incluido, o, a veces, en modestas excursiones a comercios menos pomposos pero igualmente efectivos.
La confitería del último piso, con amplias terrazas al aire libre, permitía disfrutar – para esos tiempos de pocos rascacielos y muchos edificios bajos -, una vista magnífica de la ciudad. Tiempo después amplían sus instalaciones adquiriendo el edificio de la esquina noroeste. Ambos edificios estaban unidos por túneles, a nivel de los sótanos. “The South American Stores Gath & Chaves”, como se llamaría la firma en una época, tenía sucursales en las principales ciudades del interior del país y en Santiago de Chile. Después, hacia la década de 1920, inauguraron un anexo de ropa femenina en la esquina noreste de Avenida de Mayo, Perú y Rivadavia, donde hoy funcionan dependencias del Gobierno de la Ciudad y una tradicional confitería.
En 1922 Gath & Chaves se fusionó con la empresa inglesa propietaria de la cadena “Harrod´s”, que abrió su tienda en Florida entre Córdoba y Paraguay, aunque manteniendo su nombre.
En el encuentro de las calles Florida y Perón se encuentran todavía los dos edificios que pertenecieran a la casa central de la recordada tienda “Gath & Chaves Ltd.”, que pertenecían a la sociedad conformada por el inglés Alfredo Gath (1852-1936) y un santiagueño, Lorenzo Chaves (1854-1932), dos ex empleados de Casa Burgos, que abrieron hacia 1883 en San Martín 569 su primera tienda de ropa para caballeros, que confeccionaban con telas inglesas...La prosperidad les obligó a ampliar las instalaciones, por lo que se mudaron en 1914 a la esquina de Florida y la entonces Cangallo, un edificio cuyo frente estaba revestido en mármol de Carrara. En su interior, cada uno de sus ocho pisos, servido por modernos ascensores, se abría a un gran vestíbulo con claraboya. Fue diseñado por el arquitecto inglés Eustace Lauriston Conder (1863-1935), que llegó a la Argentina en 1888 y trabajara para el Ferrocarril Central Argentino y otros clientes británicos. La confitería del último piso, con amplias terrazas al aire libre, permitía disfrutar – para esos tiempos de pocos rascacielos y muchos edificios bajos -, una vista magnífica de la ciudad. Tiempo después amplían sus instalaciones adquiriendo el edificio de la esquina noroeste. Ambos edificios estaban unidos por túneles, a nivel de los sótanos.
En sus salones de té se reunía la burguesía. Y sus escenografías para Navidad servían para que los chicos tuvieran un lugar para llevarle su carta a Papá Noel. Porque, sin duda, Papá Noel vivía en las tiendas Gath & Chaves o en Harrods.
Ofrecía en 1910 los corsés llamados “Elba”, en tela de algodón sedificado, largo de talle, cuatro ligas e Ideal Luis XV en coutil de color. La atención estaba puesta no sólo en la venta sino en una permanente actualización de novedades, nacionales o importadas. Las compras eran remitidas al domicilio del cliente, gracias a un eficiente sistema de carros y triciclos primero, de camionetas después. Y si residían en el interior, en aquellos sitios donde no existiera sucursal de la firma, también allá les llegaban, junto con los completos catálogos, que ofrecían amplia variedad de opciones de compra.
Sus locales se transformaron en referencia obligada por su surtido, su calidad y el servicio al cliente, que un ejercito de empleados atendía con comprobada profesionalidad. Las prendas eran exhibidas sobre maniquíes con cabezas de cera y cabellos naturales, mientras que en los diferentes departamentos de sus lujosos interiores era posible adquirir una lista inimaginable de productos de diversos rubros, desde la ropa de confección hasta productos de rotisería, discos o vajilla con el logotipo de la tienda en el reverso, ya que fue pionera en comercializar marcas propias y en apoyar sus ventas con una acertada e intensa publicidad.
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el hall de la tienda estaba coronado con un destacado vitreaux año 1913. En su interior, cada uno de sus ocho pisos, servido por modernos ascensores, se abría a un gran vestíbulo con claraboya.Fue diseñado por el arquitecto inglés Eustace Lauriston Conder (1863-1935), que llegó a la Argentina en 1888 y trabajara para el Ferrocarril Central Argentino y otros clientes británicos.
se demolió la mansión de la esquina de la cuadra del diario La prensa y se edificó el anexo de una de las mas grandes tiendas.
fotografía de Cópola
En 1929 se incorporó un anexo en Avenida de Mayo y Perú, que se comunicaba con la central por un pasaje subterráneo. Al lado se encuentra la edificación del diario La prensa. Ubicación: Av. de Mayo 589. Año proyecto: 1895. Año Inauguración: 1910. Edificio construido originalmente para los Almacenes Luro, luego pasó a ser propiedad de la Cooperativa Nacional de Consumo y después fue Anexo de la Casa Gath & Chaves. En la planta baja funciona ,desde hace años, la confitería London City, que congregó ,desde sus inicios, a periodistas y profesionales, siendo hasta el presente uno de los lugares más tradicionales y frecuentados de la zona.
Arquitecto Edwin Merry (Original) / Arquitecto Salvador Mirate (transformación total) / Av. de Mayo y Perú / Sucursal Gath & Chaves.
Exposición Internacional del Centenario (1910)". kiosco
terraza con confiteria
parece ser el edifico el anexo y las vidrieras de Gath & Chaves
en la esquina sobre esta avenida.
Uno de sus tantos negocios fueron los discos, aunque las grabaciones no se hacían en la Argentina, sino en Francia. Los primeros aparecen en 1907, ocasión en que algunos de sus intérpretes, Ángel Villoldo y el matrimonio Gobbi, viajan a París. Quizá por compromiso o agradecimiento, Villoldo compuso el tango “Gath y Chaves”, aunque también dedicó uno a la competencia, la tradicional “Ciudad de Londres”. En sus épocas de su auge llegaron a más de 6 mil las personas que, entre obreros, vendedores y demás categorías de empleados y talleristas, trabajaban para esta tienda, que además contaba con una oficina de compras en París. Todos aquellos porteños que pasamos el medio siglo recordaremos sin duda sus escenografías para Navidad y Reyes, donde en determinados horarios nos esperaban Papá Noel o los Reyes Magos, en persona, para recibir las cartas que entregábamos tímidamente, intimidades por esas presencias que encerraban nuestros sueños de niños. Gath & Chávez cerró definitivamente en el centro porteño en 1974 y poco después procedió de manera similar con las sucursales del resto del país.
4º Piso de la tienda. Aparece el salón de ventas con maniquíes dispuestos como personajes reales. Año 1913
Arquitecto Francoise Fleury Tronquoy / Florida y Perón / Casa Central de Gath & Chaves / Actual Banco Meridian
Gath y Chaves eran agentes exclusivos de los renombrados sombreros de Henry Heath de Londres proveedor de Alemania, España y Holanda.
Actualmente es un edificio de oficinas y en la planta baja funciona la confitería London City.
Al fondo, a la derecha, se distingue la cúpula del "Grand Hotel" (arq. Augusto Plou, año 1883).
Las mayores influencias que llegaron a nuestra ciudad en el siglo XVIII y XIX provenían de Francia, Inglaterra, y de una España primero invadida por la moda que llevaban los Borbones, y luego por el estilo imperio de Napoleón. Antes la mayoría de las mujeres confeccionaban sus propias prendas. Tampoco había mujer que saliera a la calle sin su clásico abanico. Con el reinado de la reina Victoria (1837-1901) todo fue transformado. De acuerdo con la manera de vestir Victoriana había trajes de mañana, de tarde, de entrecasa, de coctel, y dentro de los de noche existían diferenciaciones de acuerdo con el que fueran para un baile (con cola y escote) o al teatro o una salida a comer (mas cerrado y sin cola). Este rigor se sostuvo hasta que coco Chanel lo rompió.
En las 45 historias de cementerios que se cuentan aparecen la de los mecanismos que pidió para su tumba Alfredo Gath, de Gath y Chaves uno de los dueños de la tienda Gath & Chaves, quien temía ser enterrado vivo por lo que se preparó un féretro triple que se abría por dentro por medio de un pulsador que el llevaba en su mano con campanilla, que probó varias veces pero que no necesitó utilizar al morir a los 60 años de muerte natural.
En el encuentro de las calles Florida y Perón se encuentran todavía los dos edificios que pertenecieran a la casa central de la recordada tienda “Gath & Chaves Ltd.”, que pertenecían a la sociedad conformada por el inglés Alfredo Gath (1852-1936) y un santiagueño, Lorenzo Chaves (1854-1932), dos ex empleados de Casa Burgos, que abrieron hacia 1883 en San Martín 569 su primera tienda de ropa para caballeros, que confeccionaban con telas inglesas. En 1922 Gath & Chaves se fusionó con la empresa inglesa propietaria de la cadena “Harrod´s”, que abrió su tienda en Florida entre Córdoba y Paraguay, aunque manteniendo su nombre. Al tiempo la casa matriz pasó a Bartolomé Mitre y Florida mientras que el Florida y Cuyo (Sarmiento actual) estaba el “Palacio de los Niños”, donde para la primera comunión “…hallará Vd. todos los artículos necesarios…”.Este local será luego transferido a otra tienda similar. La prosperidad les obligó a ampliar las instalaciones, por lo que se mudaron en 1914 a la esquina de Florida y la entonces Cangallo, un edificio cuyo frente estaba revestido en mármol de Carrara. En su interior, cada uno de sus ocho pisos, servido por modernos ascensores, se abría a un gran vestíbulo con claraboya. Fue diseñado por el arquitecto inglés Eustace Lauriston Conder (1863-1935), que llegó a la Argentina en 1888 y trabajara para el Ferrocarril Central Argentino y otros clientes británicos. La confitería del último piso, con amplias terrazas al aire libre, permitía disfrutar – para esos tiempos de pocos rascacielos y muchos edificios bajos -, una vista magnífica de la ciudad. Tiempo después amplían sus instalaciones adquiriendo el edificio de la esquina noroeste. Ambos edificios estaban unidos por túneles, a nivel de los sótanos.“The South American Stores Gath & Chaves”, como se llamaría la firma en una época, tenía sucursales en las principales ciudades del interior del país y en Santiago de Chile. Después, hacia la década de 1920, inauguraron un anexo de ropa femenina en la esquina noreste de Avenida de Mayo, Perú y Rivadavia, donde hoy funcionan dependencias del Gobierno de la Ciudad y una tradicional confitería. Sus locales se transformaron en referencia obligada por su surtido, su calidad y el servicio al cliente, que un ejercito de empleados atendía con comprobada profesionalidad. Las prendas era exhibidas sobre maniquíes con cabezas de cera y cabellos naturales, mientras que en los diferentes departamentos de sus lujosos interiores era posible adquirir una lista inimaginable de productos de diversos rubros, desde la ropa de confección hasta productos de rotisería, discos o vajilla con el logotipo de la tienda en el reverso, ya que fue pionera en comercializar marcas propias y en apoyar sus ventas con una acertada e intensa publicidad. Ofrecía en 1910 los corsés llamados “Elba”, en “…rica tela de algodón sedificado, largo de talle, cuatro ligas…” e “Ideal”, “…Luis XV en coutil de color.” La atención estaba puesta no sólo en la venta sino en una permanente actualización de novedades, nacionales o importadas. Las compras eran remitidas al domicilio del cliente, gracias a un eficiente sistema de carros y triciclos primero, de camionetas después. Y si residían en el interior, en aquellos sitios donde no existiera sucursal de la firma, también allá les llegaban, junto con los completos catálogos, que ofrecían amplia variedad de opciones de compra. Uno de sus tantos negocios fueron los discos, aunque las grabaciones no se hacían en la Argentina, sino en Francia. Los primeros aparecen en 1907, ocasión en que algunos de sus intérpretes, Ángel Villoldo y el matrimonio Gobbi, viajan a París. Quizá por compromiso o agradecimiento, Villoldo compuso el tango “Gath y Chaves”, aunque también dedicó uno a la competencia, la tradicional “Ciudad de Londres”. En sus épocas de su auge llegaron a más de 6 mil las personas que, entre obreros, vendedores y demás categorías de empleados y talleristas, trabajaban para esta tienda, que además contaba con una oficina de compras en París. Todos aquellos porteños que pasamos el medio siglo recordaremos sin duda sus escenografías para Navidad y Reyes, donde en determinados horarios nos esperaban Papá Noel o los Reyes Magos, en persona, para recibir las cartas que entregábamos tímidamente, intimidades por esas presencias que encerraban nuestros sueños de niños. Gath & Chávez cerró definitivamente en el centro porteño en 1974 y poco después procedió de manera similar con las sucursales del resto del país.
El Club Harrods Gath & Chaves es un club ubicado en el barrio de Belgrano en la ciudad de Buenos Aires en Argentina. El Club se encuentra cercano a la Avenida del Libertador y las vías del Ferrocarril General Bartolomé Mitre. El club se encuentra en el barrio de Belgrano, muy próximo a la zona conocida como Belgrano C, y linda con el barrio de Palermo. El club es el resultado de la fusión de 2 clubes, el Club Athletic Gath & Chaves ubicado en la calle llamada Pino (ahora Virrey del Pino) y Blandengues (hoy Avenida del Libertador) ambas en la Ciudad de Buenos Aires) y el Club Athletic Harrod's de la localidad de Rivadavia (hoy Partido de Vicente López - Provincia de Buenos Aires)[
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jueves, 10 de mayo de 2012
LAS GRANDES TIENDAS DE AYER
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